sábado, 10 de noviembre de 2018

Reflexión sobre el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo

El 10 de Noviembre es el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, desde que así lo declarara la ONU en el año 2001 y empezase a celebrarse a partir del siguiente. Es un día para reflexionar acerca del papel de la Ciencia en nuestra sociedad, de su situación y de a dónde queremos ir.

Acerca de la Ciencia pueden hacerse multitud de apreciaciones. Podemos decir de ella que es una gran empresa colectiva, con el potencial de involucrar a toda la humanidad en el desarrollo del conocimiento sobre el mundo que nos rodea, un conocimiento que nos provee de una perspectiva de la realidad objetiva y universal, que puede ser compartida por cualquiera. Es fácil reafirmarse en esta visión de la Ciencia cuando se observa el constante trasiego de investigadores de todas las nacionalidades en las universidades, los congresos internacionales en los que se reúnen eminencias de todo el mundo o las publicaciones académicas en las que nombres chinos, anglosajones, árabes o españoles pueden firmar distintos artículos o incluso uno mismo.

No obstante, ante esta visión idealizada podemos contraponer otras más mundanas. Podemos hablar de la Ciencia como el fundamento de todo el progreso técnico, y por tanto como pilar fundamental de una economía avanzada. Como una herramienta que permite mejorar la vida de las personas desarrollando curas a las enfermedades, técnicas de cultivo más eficaces o fuentes de energía más limpias. También podemos señalar que la Ciencia nunca ha sido inocente, pues siempre estuvo ligada a las carreras armamentísticas, pues disponer de la tecnología más avanzada puede ser determinante en la guerra. Podemos relacionarla con los intereses de los poderes económicos que tratan de usar el conocimiento y la tecnología para su propio beneficio.

Así pues, la Ciencia es una actividad humana con una gran importancia política. Provee de reputación y de una excelente oportunidad para la cooperación entre Estados, constituyéndose en una fuente de poder blando (algo que nuestro país ha venido haciendo fatal en los últimos tiempos, como expresé en este análisis hace algún tiempo). Y las repercusiones de su práctica imponen el deber moral de orientar el desarrollo de sus frutos en la dirección correcta, poniéndolos a disposición de toda la sociedad, sin excluir a los más desfavorecidos ni servir al interés egoísta de los más poderosos. Por eso resulta procedente el matiz de este día conmemorativo, que no es sólo Día Mundial de la Ciencia, sino también para la Paz y el Desarrollo, que este año tiene un particular carácter conmemorativo: el 70º aniversario de la proclamación del derecho a la Ciencia como parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 27:

Derecho a participar en la vida cultural, artística y científica 
1.Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten
2.Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.

Es fundamental hacer políticas que fomenten ese progreso y que garanticen ese derecho a todas las personas. Impulsar la Ciencia que sirve para mejorar la vida de las personas, y no sólo los beneficios de las corporaciones; y la que estimula a las pueblos a cooperar entre sí para avanzar en un proyecto común y a construir la Paz, frente a la que les sirve para competir en la guerra. En definitiva, una Ciencia de todos y para todos.

martes, 6 de octubre de 2015

CIENCIA ESPAÑOLA Y PODER BLANDO

El poder blando, o soft power, es un concepto desarrollado por el politólogo Joseph Nye que se remonta a los años 80, y que hace referencia, en el ámbito de las Relaciones Internacionales (RRII), a la presencia y capacidad de influencia de un Estado a través de elementos culturales e ideológicos. En España, el Real Instituto Elcano lleva realizando desde hace varios años informes sobre el estado de la mencionada cuestión, basándose en el “Índice Elcano de Presencia Global”, integrado por la presencia económica, la militar y la presencia blanda1. Interesa a efectos del presente artículo observar el papel de la Ciencia en dicho índice: la presencia blanda, a su vez, integra multitud de parámetros, siendo este uno de ellos. En concreto, la Ciencia se mide como “número de artículos publicados en los ámbitos de artes y humanidades, ciencias sociales y ciencias”. 

España se hallaba en 2014 entre los diez primeros países en lo que respecta a presencia blanda, si bien había manifestado alguna variación negativa en el último informe. En la variable de Ciencia las cifras son positivas. Sin embargo, el indicador utilizado por los investigadores (además del defecto de no discernir entre la Ciencia propiamente dicha y publicaciones del ámbito de las Humanidades) parece no valorar ciertas dimensiones de la política científica que podrían considerarse relevantes a efectos de las RRII, y que posiblemente hayan empeorado en la última etapa. Me estoy refiriendo en particular a la presencia de España en múltiples sociedades científicas internacionales, o en proyectos de carácter internacional en los que participan diversas naciones. A este respecto, y a partir de la llegada de la actual crisis económica y, especialmente, del presente gobierno de Mariano Rajoy, la política científica ha devenido en preocupante, esencialmente por el abandono que de esta se ha realizado2. En los dos últimos años, España ha sido expulsada por impago, por ejemplo, de proyectos como El Programa Internacional para el Descubrimiento del Océano y el Programa Internacional de Perforación Científica Continental, de la IUPAC, y ha abandonado el programa europeo HERA (en el ámbito de las humanidades). Estos son sólo algunos ejemplos, si bien hay muchos más casos en los que España ha tenido problemas por falta de cumplimiento con los pagos de cuotas. Dos de las publicaciones científicas más prestigiosas, Nature y Science, ya se hicieron eco acerca del deplorable estado de la Ciencia española. También ha sido el caso de otros medios de distinta naturaleza pero de gran relevancia, como son el Financial Times o Le Monde Diplomatique, ambos referencias mundiales en información económica y política. Sin duda este tipo de cosas contribuyen a dañar la imagen de nuestro país en el exterior como país avanzado. 

A falta de un análisis más riguroso, parece ser que España ha apostado por el idioma, los deportes y el turismo como instrumentos principales en la construcción de su poder blando. Respecto del primero de estos tres elementos, aparte de la gran presencia del Español en el mundo, es imprescindible mencionar al Instituto Cervantes, con oficinas en países de todos los continentes, cuyo papel destacaba el British Council en su informe sobre el soft power Influence and Atraction. No han faltado voces que ocasionalmente reclaman una mayor presencia del idioma Español en el ámbito científico. No es descabellado aventurar que si existiesen varias publicaciones prestigiosas en ese idioma, y se publicasen investigaciones de calidad y en cierta cantidad, podría ocurrir que realmente la Ciencia fuera un ámbito válido para promover ese idioma, a la vez que el mismo sería más útil para promover la Ciencia en los países hispanohablantes, si bien en ningún caso parece realista un escenario en el que se produzca un desplazamiento del Inglés. En cualquier caso, esta resulta una pretensión abocada al fracaso en tanto los territorios de habla hispana en su conjunto, o cuando menos una parte significativa de ellos, no apuesten por realizar fuertes inversiones en investigación básica y aplicada. A día de hoy parece un objetivo lejano; sin embargo puede vislumbrarse la posibilidad futura de poner en funcionamiento planes para fortalecimiento de las relaciones de cooperación científica entre los distintos países hispanohablantes, generando sinergias que trasciendan el propio ámbito científico. Sea como sea, la construcción de un sistema científico es un proyecto cuyos frutos se cosechan sólo en el largo plazo, mientras que su desmantelamiento se puede realizar en poco tiempo. Esto implica que las políticas científicas no son algo que puedan posponerse constantemente sin grave riesgo para la continuidad y buen funcionamiento del sistema. A España posiblemente le costará recuperar una posición de prestigio internacional en el ámbito científico; sin embargo esta es una empresa que debería ser abordada desde ya. 

 _______________ 

1 Como indica el propio informe de 2014, presencia y poder no son equivalentes. Sin embargo, sí dedica un apartado a argumentar acerca de lo razonable que parece suponer una correlación positiva entre ambos conceptos 

2 Resulta significativo que el presidente Rajoy suprimiera el Ministerio de Ciencia e Innovación, dejándolo reducido a una Secretaría de Estado del Ministerio de Economía.

FUENTES











domingo, 30 de noviembre de 2014

Colirrojo tizón en Mallorca

Este terrible depredador no es un león cazando una cebra, ni siquiera un halcón matando una rata. Se trata de un colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) picoteando hasta la muerte a una oruga. Puede observarse como dirige sus ataques fundamentalmente a la zona de la cabeza, con el objetivo de matarla para a continuación engullirla entera. Sin duda ese día almorzó en condiciones. Ocurrió hace un par de días en Mallorca.



jueves, 13 de noviembre de 2014

Tratados de paz y comercio

Buscando información sobre el tratado de Adams-Onís, por el cual la España de Fernando VII y EEUU definieron sus fronteras, he hallado este material que me ha parecido canela fina, así que lo comparto con vosotros:

"Tratados, convenios y declaraciones de paz y de comercio que han hecho con las potencias estranjeras los monarcas españoles de la casa de Borbon: Desde el año de 1700 hasta el dia"

Está disponible como libro electrónico gratuito.


domingo, 28 de septiembre de 2014

Buitres leonados (Gyps fulvus) en el Bajo Aragón

Tras pasar la segunda mitad de este Septiembre en el pueblo (La Mata de los Olmos, en Teruel), he vuelto cargado a casa de fotos tomadas en el monte, e incluso he experimentado un poco con la cámara y he capturado algunas imágenes de vídeo. Aquí tenéis a dos buitres leonados (Gyps fulvus) de los muchos que pueden contemplarse en la zona, donde son abundantes dado que existe un comedero al que se les arroja alimento. En determinados momentos es posible contemplar bandadas inmensas de estos animales de vuelo majestuoso.




miércoles, 6 de agosto de 2014

Apps recomendadas para naturalistas

Ahora que por fin tengo mi primer smartphone (cutrecillo, eso sí), he pensado que no estaría de más sacarle provecho. Así pues, el otro día lancé esta pregunta en Twitter:



Raudo y veloz, Andreu Escrivà fue el primero en responder, recomendando una magnífica guía de aves gratuita que, lamentablemente, no puedo bajar por no sé qué gaitas de incompatibilidades con el dispositivo.

Copépodo, como buen profesional de la botánica, también tenía algo que recomendar.


Mi buen amigo Jorge Mederos respalda las palabras de Copépodo y añade otra App a la lista.

Jesús Robles sigue con las recomendaciones para trabajos botánicos, y hace un poco de propaganda de su proyecto, así como quien no quiere la cosa.

Además, nos recuerda que para ir de excursión es conveniente saber por dónde anda uno.

¡Espera un momento! ¿Insuperable? Eso necesita una matización...

¿Y vosotros qué decís? ¿Algo güeno que queráis recomendar?


viernes, 21 de marzo de 2014

Bosques

Supongo que hoy os habéis levantado todos por la mañana con el Día Internacional de los Bosques en vuestra mente. Seguro que llevabais meses esperando a esta fecha tan señalada. Yo por mi parte podría escribir una reflexión profunda o un resumen sesudo de algún informe del estado de las masas forestales en el mundo, o cualquier otra cosa así. Pero he decidido hacer un post de consumo rápido, y así de paso usar algunas fotos que tengo en el disco duro.


Fijaros bien en que todas han sido tomadas desde dentro de bosques.


La bahía de Pollensa (Mallorca) desde la linde de un pinar. Obsérvese que los árboles crecen inclinados por efecto del viento.


Otro pinar, este en La Mata de los Olmos (Teruel), un pueblo en el que es más bien complicado encontrar un olmo. La gestión forestal mantiene el sotobosque a raya. Es un bosque de reforestación.


Otra zona del mismo pinar de la foto anterior; se conoce que a los señores de la motosierra se les acabó la gasolina. El paraíso de los pirómanos.


Seguimos en la provincia de Teruel: un bosque de ribera en las proximidades del monasterio de Nuestra Señora del Olivar (Estercuel). Esta vez el nombre sí coincide con la presencia de olivares, pero no es el caso de lo retratado en la foto, donde aparecen unos simpáticos chopos.


A diferencia de los pinares de las primeras fotos, los chopos son árboles de hoja caduca (también llamados "caducifolios" o "frondosas"); es decir, cada invierno se quedan pelados. En esta otra foto aparecen también árboles de esa categoría en torno a otro riachuelo, en este caso castaños en un bosque del macizo del Montseny (Barcelona).


También en el Montseny, a mayor altitud, encontramos unos hayedos excepcionales por su ubicación geográfica: debido a las condiciones climáticas de la Península, esta especie no crece tan al sur; sin embargo el microclima de la montaña ha permitido a este tipo de bosque persistir cuando los cambios climáticos ocurridos hace miles de años convirtieron la mayoría del territorio ibérico en un lugar inhabitable para ellos.



Feliz día Internacional de los Bosques. Y si cuando lo leéis ya ha pasado, pues tanto da; los bosques seguirán ahí... mientras no nos los carguemos.