lunes, 21 de enero de 2013

Excursión por la Comuna de Bunyola (II): el Penyal de l'Honor

En la primera parte de la excursión por la Comuna de Bunyola nos quedamos dentro del pinar a poca distancia de entrar definitivamente en un encinar. Como se aprecia en la foto, en los bordes del camino abundaban matas de Ampelodesmos mauritanica, llamadas càrritx por estos lares, una gramínea de gran tamaño y hojas de forma acintada y cortante que crece en espacios soleados y es particularmente abundante en la Sierra de Tramuntana.


Finalizando el pinar 

Dentro del encinar el ambiente es radicalmente distinto. El dosel del bosque es notablemente más espeso y llega mucha menos luz al suelo. Todavía se pueden ver algunos pinos, pero no dejan de ser árboles de cierta edad y con la suficiente altura para recibir luz solar directa, que progresivamente irán muriendo por una u otra causa. No hay ejemplares jóvenes que crezcan a la sombra para relevarlos, pues el pino es una planta heliófila (de las palabras griegas Helios, Sol; y fila, "amante de") es decir, necesita mucha luz solar. De este modo, el encinar substituye al pinar en un fenómeno conocido como "sucesión ecológica".


En pleno encinar. Sombrita güena.

Tras un rato de caminar llegamos a un cruce de caminos situado al lado de otro horno de cal, similar al que ya vimos en el primer post. 


Otro horno de cal

Así como en aquel vimos pinos arraigados sobre la pared de piedra del horno, en esta ocasión encontramos encinas jóvenes creciendo dentro.


¿Prohibido circular con bici en el horno?

Tomamos el camino hacia Cas Garriguer (está señalizado) y la espesura del bosque se incrementa. Es notable como el suelo presenta una gran cantidad de roca desnuda. Aquí aún vemos algunos pinos, pero escasos y algunos de ellos moribundos o caídos.


En la espesura del encinar. Aquí es donde uno se pone la chaqueta.

Como comenté antes, los encinares son bosques sombríos donde las plantas heliófilas no pueden prosperar. Realmente hay poca vegetación viviendo de la escasa luz que llega al suelo; el encinar se caracteriza por un sotobosque pobre, como muchos bosques maduros. Entre las plantas que vemos podemos contar musgos, que favorecidos por la humedad cubren buena parte de las rocas. También podemos encontrar en este ambiente al Cyclamen balearicum, conocido vulgarmente como pà de porc (pan de cerdo). Esta especie es un vestigio de Mioceno que hoy en día sólo podemos encontrar en las Baleares, Gerona y el sur de Francia. Son curiosas sus flores blancas con pétalos que crecen hacia atrás. Otro rasgo llamativo es el color del envés de sus hojas: violeta


Pà de porc (pan de cerdo), o Cyclamen balearicum creciendo entre hojas de un pino aislado.

Por supuesto, seguimos encontrando hornos de cal. Como veis, antaño hubo una buena industria explotando este recurso en la Sierra.


Y otro horno de cal más...

La entrada al horno, por si alguien quiere ver qué se cuece...

Poco después de pasar por este horno salimos del encinar y vamos a parar a un cruce de caminos en el que hacemos un alto para comer. Un trozo de pan y un butifarrón, queso y naranja. Y vuelta a arrancar.

Seguimos por encinar, pero ahora más abierto, a través de un camino notablemente más ancho. Llegado un punto, nos encontramos con una antigua sitja, una plataforma redonda de piedra y tierra que los carboneros utilizaban para apilar madera de encina y fabricar carbón vegetal por combustión incompleta. Al igual que en el caso de los hornos, estas construcciones abundan en la Sierra de Tramuntana. La madera de encina tiene un alto poder calórico, lo que la hace adecuada para este fin, y en el pasado en Mallorca estos bosques fueron explotados de forma sostenible para producir combustible. 


Sitja de carboner. Frecuentemente en las cercanías construían también una pequeña cabaña.

El encinar es ahora más abierto y el camino más ancho y despejado.

El hecho de que el bosque no sea tan frondoso nos permite ver de nuevo plantas heliófilas creciendo entre las encinas, como el càrritx que se ve en la siguiente foto, abajo a la izquierda.


Heliófilas y umbrófilas conviviendo en paz y armon... dura competencia.

Finalmente el encinar desaparece para dejar paso a un paisaje arbustivo. El camino, totalmente despejado, está rodeado ahora de lentiscos (Pistacia lentiscus), madroños (Arbutus unedo), estepa blanca (Cistus albidus) y otras muchas especies que crecen densamente pero sin alcanzar una excesiva altura, aunque también hay algunas encinas aisladas. Al fondo volvemos a avistar un señor pinar, en el cual nos habremos de internar girando a la izquierda para alcanzar la cumbre. Pero para eso habréis de esperar al desenlace de la excursión, próximamente en vuestro blog favorito este blog. 


De verdad, a estas alturas de la excursión se agradece un poco de camino llano y recto.

Mientras tanto os dejo un enlace al blog "Sangrando en Verde" para que aprendáis cositas sobre el Cyclamen balearicum.





NOTA: Este post participa en la XX edición del Carnaval de Biología, que hospeda Multivac42 en su blog Forestalia, y cuya temática es, como no podría ser de otra forma, "En el bosque...".

5 comentarios:

Juan Bibiloni dijo...

Excelente post. Me ha gustado mucho. Conozco el lugar y lo describes a la perfección. Y gracias por poner un enlace hacia mi blog. Un saludo.

Gerardo dijo...

De nada Juan. Tienes un blog muy interesante y el post del Cyclamen me ha gustado mucho.

Copépodo dijo...

Estupendo edén mediterráneo, y muy chulo el Cyclamen balearicum. ¿Te fijaste si por dentro de los hornos usados quedaban como unos restos de vidrio? Lo vi una vez en un horno parecido, era como si la arena usada se hubiese fundido.

Gerardo dijo...

Pues la verdad es que no vi ningún resto como el que describes, aunque tampoco lo busqué. La próxima vez lo examinaré más a fondo, pero hay que pensar que aquí no se "cocía" arena, sino piedras calcáreas. Imagino que para que se forme vidrio harían falta rocas con cierto contenido en sílice, y probablemente no sea el caso. Aunque vamos... tampoco lo sé seguro.

Copépodo dijo...

Pues sí, puede ser eso. Los hornos que te digo siguen el mismo principio y usan caliza, pero debía haber algo de residuos de sílice o algo, porque se quedaba en los rincones una capa como de vidrio. Bah, nada, que me ha venido a la cabeza ese detalle, nada más.